¿Cuándo fue la última vez que se sintió culpable por algo?
Una palabra fuera de lugar, un descuido o un comentario inapropiado para alguien. Estas son cosas que todos experimentamos muy a menudo.
Ahora debemos saber que el sentimiento de culpa está relacionado con nuestra conciencia moral. Es un indicador de nuestra propia personalidad y un reflejo de nuestros valores, así como nuestra educación.
Sentirse culpable por algo y permitir que remordimiento nos "llame al orden" de vez en cuando nos ayuda a mejorar. Está adaptado y es necesario.
Sin embargo, como sucede en estos casos, el bienestar psicológico y emocional depende del equilibrio. Y los excesos no son buenos.
La acumulación de esta culpa que nos limita y que obstaculiza nuestra libertad personal no es saludable ni está adaptada. De hecho, estamos seguros de que hoy apoyas en tu corazón muchos factores relacionados con la culpa.
En este artículo, te ofreceremos que profundices este sentimiento. Piénselo para darse cuenta de que, de hecho, hay muchas conductas diarias relacionadas con este sentimiento de culpa.
Practicar la asertividad es esencial para nuestra autoestima. Decir "no" a algo cuando lo pensamos, cuando lo sentimos y cuando lo necesitamos es un acto de valentía personal que todos deberíamos poner en práctica.
Es necesario comenzar a dejar de sentirse culpable para decir "no" cuando sea necesario.
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Sabemos que no es fácil. Entendemos que ninguno de nosotros tiene esta libertad total y absoluta que nos satisfaga sistemáticamente.
Usted tiene voz, tiene ciertos valores y sentimientos. Entonces, ¿por qué debería sentirse culpable porque expresa su opinión en el momento correcto?
Hazlo, expresa lo que piensas, sientes y sientes bien. Callar, aceptar y ocultar cosas son actos inmaduros que nos destruyen poco a poco.
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Este es sin duda uno de los problemas más problemáticos de nuestra vida cotidiana: interacción social de mala calidad.
Ya sea que lo creas o no, no tienes que llevarte bien con todos. No se sienta culpable si elige la distancia simple a la falsa cortesía.
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No hay peor enemigo que tu propia mente. A veces tenemos expectativas tan altas de lo que deberíamos lograr que solo puedes sufrir si no llegas allí.
Para concluir, a veces se puede adaptar el sentimiento de culpa. Está ligado a nuestra conciencia moral y nos ayuda a mejorar en muchos casos.
Sin embargo, cuando estamos obsesionados con cosas de las que hemos hablado aquí, la desgracia y la depresión apuntan con la punta de la nariz.
No permita esto. Acepte sus responsabilidades, pero florezca con las decisiones correctas . Aquellos que te permiten ser libre y feliz.
Si sé quién soy, no tengo nada que probar
La necesidad de probarle a otros ciertas cosas para recibir su aprobación o reconocimiento es una fuente de estrés que nos hace más bien que dañar. Si hacemos una pausa por un momento para reflexionar un poco, podemos darnos cuenta fácilmente de un defecto que somos muchos para compartir. Para demostrar que amamos a nuestros amigos y familiares, a menudo hacemos cosas que no nos gustan, incluso para negarnos a nosotros mismos.
Lev Tolstoi Nicolaievich, o Tolstoi, dejó una novela para la posteridad, que hace no sólo ha convertido en uno de los grandes clásicos de la literatura universal, sino que es un reflejo de la pasión del amor, intenso, peligroso y, a veces trágica. Anna Karenina Cuando hablamos de la Síndrome de Anna Karenina, no nos referimos al resultado trágico que eligió la protagonista femenina del libro, sino a la pasión, a la unión afectiva que ella experimentó, y en la que remontó sus propios límites.