Cuando alguien nos trata mal, tenemos tres opciones: reaccionar inteligentemente, dejarnos abrumar o reaccionar agresivamente.
No es fácil lidiar con estas situaciones de carga emocional, donde se activan áreas muy concretas de nuestro cerebro.
Cuando se nos trata con falta de respeto o incluso amenazante, las áreas de la corteza prefrontal, la amígdala, la corteza quística anterior e insular toma el control.
Estas áreas del cerebro están relacionadas con el instinto de supervivencia y con frecuencia nos hacen reaccionar agresivamente o con un comportamiento de vuelo.
Vale la pena para aprender a manejar estas situaciones a través de la inteligencia emocional . De esta forma, no es ni el miedo ni la ira lo que nos controlará.
Proponemos otorgarle 5 valiosas autorizaciones que le permitan reaccionar bien ante alguien que lo trata mal. Estamos seguros de que serán de gran ayuda para usted.
Cuando alguien nos trata mal, va más allá de los límites de lo aceptable. Socava nuestra autoestima a través del desprecio, las palabras agresivas, la humillación e incluso la traición.
Lo primero que debe hacer es no tomar las evaluaciones de los otros como realidades. Debemos recordar, mientras moderamos nuestro ardor, lo que somos, lo que representamos para nosotros y para muchas otras personas.
Lea también: 5 permisos para otorgarle hoy por su cumplimiento emocional
Lo que alguien dice sobre nosotros no nos define . Es mejor racionalizar estas agresiones un poco, manteniendo el equilibrio.
Visualiza la siguiente imagen: a tu alrededor, flota un círculo dorado. Esto es lo que lo mantiene "en el agua" en su familia, su trabajo, etc.
Entonces comienzas a ir cuenta que estás lanzando.
No dejes que esto suceda: tienes el derecho de evitar eso, de defenderte, de poner límites entre lo que permites y lo que no permites.
Este es un principio de salud mental: si algo o alguien te está molestando, ¡reacciona!
No dejes que nadie se acerque lo suficiente como para hacerte daño.
Descubre cómo: las mascotas para nuestra salud física y mental
Cuando alguien nos trata mal, las emociones toman el control y a menudo nos hacen reaccionar con miedo o ira.
Estos dos aspectos controlan por completo nuestra zona racional y nos impiden hacerlo. hablar con coraje y discernimiento.
Una vez que percibas que has alcanzado la calma, habla. Actuar con aserción significa poder hablar con respeto pero con firmeza, expresando claramente lo que permitimos o no.
Habla sin miedo, defiéndete.
Quien te maltrata no merece tu tiempo ni tu preocupación. Hay personas que son especialistas en la creación de problemas, transmiten su mal humor y desprecio a quienes no lo merecen.
Descubrir: Solo tú sabes lo que has superado y todo lo que tienes "suelta"
Tu salud emocional es la prioridad.
Las personas que más nos lastiman en estas situaciones son las personas más cercanas a nosotros, que están en nuestros corazones. Un cónyuge, un hermano, una hermana, una madre, un padre ...
Cuando alguien importante pasa el límite de respetable y aceptable muchas cosas se rompen en nosotros.
Uno puede encontrar consuelo y refugio en muchas cosas, pero el la mejor manera de curar sus heridas es rodearse de personas que realmente nos aman y que también merecen ser amadas.
Así como hay personas que pueden traer tristeza y días grises, hay algunos que están felices con ellos. Buscarlos.
5 Claves para calmar una mente inquieta y encontrar paz interior
Una mente inquieta no deja descanso ni descanso. Pasamos de la preocupación a la preocupación, del miedo a la ansiedad Gradualmente, tejimos redes tan complejas en nuestro cerebro que perdemos este maravilloso privilegio llamado paz interior. Es posible que muchas personas confundan el concepto de mente ansiosa con curiosidad y productividad.
5 Cosas para dejar de sentirse culpable
¿Cuándo fue la última vez que se sintió culpable por algo? Una palabra fuera de lugar, un descuido o un comentario inapropiado para alguien. Estas son cosas que todos experimentamos muy a menudo. Ahora debemos saber que el sentimiento de culpa está relacionado con nuestra conciencia moral. Es un indicador de nuestra propia personalidad y un reflejo de nuestros valores, así como nuestra educación.